Los Abonados | Registro y Detección Dactilar


Se me ocurre que nuestros clubes deberían establecer un sistema de abonos para cada temporada, y así vender anticipadamente ojalá y todo el aforo de sus estadios. Obviamente, habría que hacer de esta táctica de mercadeo una cultura en las aficiones.

Más adelante podrán ver por qué esta idea sería más factible en los equipos que tienen un estadio grande y muchos seguidores.

Por ejemplo, si lo hiciese Motagua, sería con el fin de que prácticamente solo haya motagüenses
 en el Nacional (ya sabemos que aficionados de diferentes clubes adquieren los palcos); además de las ventajas logísticas y de los beneficios económicos para el club y sus abonados.

Esto seguramente sería más factible con mejores estadios (ensillados y más), pero considero que aun así como están se podría llevar a cabo. Aunque, desde luego, deberían hacer un esfuerzo por acondicionarlos.

 
Mi idea es modernizar el sistema de venta de entradas a los estadios.

Pienso que podría ser factible utilizar 
tecnología biométrica para registrar la huella digital (quizá equipos no tan sofisticados y, por ende, menos caros), y probablemente también los datos personales de cada aficionado abonado (nombres y apellidos). Y todo esto sería para tener una base de datos que permita detectar sus huellas a la entrada de los estadios, e incluso para bloquear a los que no observen un buen comportamiento.

Por muchos años Disney World ha empleado dispositivos biométricos para aquellos que tuvieran boletos por toda la temporada, simplificando de esta manera los procesos de ingreso a los parques. 

En el Campín de Bogotá tienen los Módulos de Identificación
, es alta tecnología, es excelente.  

 
Para un estadio como el Nacional, cada club podría erogar por computadoras y lectores entre 415,000 a 600,000 lempiras, o menos, no sé exactamente, pero por ahí podría andar, y duraría algún tiempo, solo se le daría mantenimiento. 

Es posible que en los estadios solo se necesitarían los detectores o sensores de huellas dactilares. Por qué, porque he visto por TV a policías que en EUA andan por las calles con los detectores de huellas sin tenerlos conectados a una computadora.

Cuántas computadoras portátiles se podrían usar para inscribir a los aficionados, o sería con las que tienen los bancos, porque supongo que tendría que ser en oficinas bancarias. Bueno, tal vez 15, 18, 20 o más, habría que ver. 

Si fuesen 18 iPad, y cada una costara $329 o L.7800, entonces la erogación sería de L.140,400. ¿Y qué de las tablets? Además, habría que ver si sería necesario llevarlas a los Módulos de Identificacón, junto con los lectores. 

¡Siento que este proyecto sí se podría implementar! 

Ignoro el costo del software, y no sé si se ocuparía uno o varios (no soy experto en esto), ya que serían decenas de miles de aficionados en las inscripciones, pero sobre todo en ciertos estadios. 

Los sensores o lectores de huellas digitales Lumidigm® Serie V proporcionan un rendimiento biométrico líder en el sector, independientemente de las condiciones ambientales o de la piel. Léanlo: https://www.hidglobal.mx/products/biometrics/lumidigm/lumidigm-v-series-fingerprint-sensors 

   
El lector 
biométrico marca «Anviz» (incluso toma la imagen de cada persona registrada) que aparece en el siguiente enlace, tiene un precio de 460,900 pesos, unos 645 dólares, pero en la página colombiana hay otros de mucho menor precio: https://articulo.mercadolibre.com.co/MCO-431208611-control-de-acceso-y-asistencia-biometrico-anviz-oa1000-_JM

Pues hagan clic en la imagen del referido lector y después en «descripción de la publicación», para que vean sus bondades.

18 lectores x $645 = $11,610, o sea, L.273,532, que, sumado a L.140,400, ascendería a L.413,932. Aunque podría ser un poco más.

También están los sensores del iris.

Con los abonados se podría asegurar la venta de todas las entradas de cada torneo, exceptuando los juegos a un partido, que he recomendado para finales y probablemente también para repechajes de una liga de 10 o de 16 clubes.

Se evitarían trámites engorrosos para el aficionado, el cual no necesitaría volver por una tarjeta personalizada, aunque sí se le podría dar un 
«papelito» que especifique la localidad y el «número de silla» a donde tendría que ir en esos meses de competencia.  

 
Si se pudieran vender los dos torneos al mismo tiempo, mejor; pero creo que no sería factible.

Quizá unos tres meses antes del Apertura se tendrían que poner a la venta los abonos: primero las sillas en unas cuantas semanas (y tal vez hasta los palcos), luego las sombras, y por último los soles en mes y medio, algo así.

Después, durante el Apertura, faltando unos dos y medio meses o un poco más para que este finalice, se venderían los abonos del Clausura. Y hasta podría haber un tiempo de exclusividad para los que se abonaron en el Apertura, y así sucesivamente se repetiría.
  
 
Los abonados tendrían derecho a ver los posibles 9 a 12 partidos (si hubiese repechaje a dos juegos) de Motagua como local en el actual formato de competencia. Ojalá y algún día desaparecieran los repechajes y, además, que las finales fuesen a partido único, con rotación de ciertas sedes y bajo parámetros: ¡mejores recaudaciones y otros beneficios!

27,000 
«soles y sombras» x L.200 = L.5.4 millones, que en dos torneos sumarían 10.8 millones, y el pago por partido sería de más o menos L.20. 

Según comunicado de Motagua, solo el sector de sol tiene capacidad para 27,600 personas. O sea que si ensillaran sol y sombras, habría una reducción lógica que no sabría precisar.

En el actual sector de 
«silla» podrían venderse solo 2000 abonos a L.500 (también podrían ser 2300 a L.600 e incluso a L.800). Las sillas que sobren podrían ser para invitados especiales, para familiares de jugadores y quizá también para periodistas.  

 
Cada abonado podría tener las instrucciones en un papelito, aunque también podrían acceder a un portal, e introduciendo su nombre podrían recordar su número de silla; pero esto probablemente implicaría más costos. Sería bueno que en la computadora, ya en las oficinas bancarias, quedaran registrados los nombres y el respectivo número de silla de los abonados.

Todas las sillas de los estadios podrían estar enumeradas, aunque con la educación que tenemos sería difícil controlar las situaciones, entonces, más sería para el actual sector preferencial y, cuando se presenten problemas con las sillas, 
«edecanes» asignados tendrían que acudir con una compu o celular y cotejar; aunque parezca cursi, así lo visualizo, podría ser. Tendrían que andar miembros de seguridad especial. 

Para que no se cuele nadie que no esté abonado, tendría que haber un control estricto en todo el estadio. Como todos sabemos, no hay un buen servicio en la localidad de silla, ya que hay aficionados que pagan pero tienen que ver los partidos de pie o sentados en las graditas, esto en el superclásico, en las finales o en juegos de la selección. 

Si se vendieran en un 100 % los abonos, pues tal vez cabría la posibilidad de eliminar o disminuir la llegada de los 
«nocivos barristas»

A cada integrante de barra o aficionado común que lo sorprendan alterando el orden ya sea dentro o fuera de un estadio, lo tendrían que llevar al 
«sensor», para bloquearlo y que no vuelva a entrar, y ojalá a ningún inmueble. 

Sería fantástico que aunque en algunos estadios no hubiese abonados, tuviesen el registro y detección de huellas para combatir a los mal portados; por supuesto, se necesitaría de mucho dinero (lean todo mi Plan Integral de Desarrollo del Fútbol). En ciertas ligas del mundo sí tienen estos controles tecnológicos. Por cierto, en Argentina están utilizando los «chips» en la piel para controlar el ingreso de sus socios abonados.
 

 
A cada abonado de silla numerada se le podría dar un reglamento con sanción de cancelación de su abono, esto en caso de que sean recurrentes en tomar sillas que no les pertenecen, o por lanzar objetos a la cancha, etc. Y esto se podría hacer con todos los abonados. 

Actualmente en sombra del Nacional no hay un buen techo y, además, por la panorámica es peor que estar en sol central, por lo tanto, considero que habría que cobrar lo mismo que en sol.
  
 
Ahora veamos con esta cifra: 28,000 soles y sombras a L.250 = 7 millones y a un promedio aproximado de L.25 por juego. En dos torneos serían 14 millones, y sumando tan solo 2 millones de silla, haría un total de 16 millones, y la ganancia podría ser de unos 7 millones o más. Pero creo que en el estadio Nacional se tendría que comenzar con abonos más baratos, tal y como lo expuse antes. 

Y si fuesen 28,000 a L.175 y 2300 a L.600 = L.12,560,000 en total, que tampoco estaría mal.

De acuerdo a los precios y a las expectativas o a la respuesta de inscripciones de abonados, los clubes quizá podrían sortear algunos premios: televisores, celulares, computadoras o dinero en efectivo, o cosas menores.

En el Morazán: 14,000 soles y preferencias a L.350 = L.9.8 millones. Sería más caro y menos factible que en Tegucigalpa, pero podría resultar. Se podría cobrar un poco más en preferencia. En silla, unos 800 a 1000 lempiras. 

Por cierto, esa zona de silla y palco del Morazán, si de mí dependiera, la demoliría y la construiría de concreto y con más modernismo. También cerraría todas las esquinas y edificaría la gradería de la cabecera norte, además de ensillarlo todo: muchas mejoras le podrían hacer a este estadio. Aunque es una pena que el Olímpico prácticamente sea un elefante blanco.

En un artículo de 2013, leí que el abono más caro de Millonarios de Colombia en ese entonces era de USD 236, y el más barato de 50. Si lo comparamos con lo que propongo para Tegucigalpa, la diferencia sería grande. Considero que sí habrían posibilidades de que las aficiones capitalinas respondan, por lo barato.

Sería importante que los clubes en cada pretemporada presentaran a su plantel de jugadores y cuerpo técnico, ¡un bonito espectáculo!, y que además tuviesen un interescuadras o un amistoso. Ya en los partidos, que también haya más seguridad —privada incluso— en todos los sectores del estadio.
  
 
Frente a palcos, en todos los juegos, deberían situarse desde el sector de silla varios miembros de seguridad, estratégicamente ubicados y con binoculares de largo alcance para observar los movimientos de los 
«palcohabientes» que suelen tirar objetos y líquidos a los de silla. De esta manera, en los palcos tendría que haber seguridad y estar comunicados con los de abajo, con radio comunicadores (lo vi en Aguascalientes, por la tele).

Stewards 
en todos los sectores de los estadios, bien ubicados y con movimientos estratégicos, como en el Bernabéu y otros. ¡Señores, hay que cuidar la clientela! 

Los clubes tendrían que invertir más en seguridad propia, y quizá en un futuro podrían ir cobrando más a los abonados, poco a poco. Amigos, un buen programa semanal de TV, para: informar, orientar e incentivar a la afición. En un futuro no muy lejano: LNFP NETWORK, por qué no.
  

Este método serviría para abonar a las aficiones, pero los cupos podrían no venderse en su totalidad, qué hacer: los directivos decidirían. Lo idóneo sería vender los abonos de todos los cupos, para que en este caso solo haya motagüenses. Pero de no darse, como ya lo dije, a la entrada del Nacional se les podría registrar la huella digital.  

 
Repito, el aficionado que sea sorprendido por la policía causando desórdenes u otras cosas, tanto dentro como fuera del estadio, se le tendría que llevar al equipo tecnológico para ver de quién se trata, y a través de alguna aplicación computarizada dejarlo bloqueado para que nunca más vuelva a entrar al inmueble.  
 
En una oficina del Nacional se podría ubicar el equipo tecnológico y, a la vez, la misma podría ser una especie de comisaría (igualmente en los demás estadios). Los datos de los aficionados bloqueados deberían ser registrados en la base de datos, para cruzarlos en todos los estadios, en Brasil lo hacen.  

  

 
  

  

   

   

   

   


  

  

    
     

    
    

    

     

    

 

 
 
 
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